UN DÍA EN LA VIDA DE UN CAPELLÁN ESCOLAR EN LAS LEJANÍAS DE QUEENSLAND (Australia) - A DAY IN THE LI
- capellanescomunita
- 31 ene 2016
- 4 Min. de lectura

Se puede leer el artículo original en inglés en en.http://www.abc.net.au/news/2016-01-27/hughenden-chaplains/7117584w.abc.net.au/news/2016-01-27/hughenden-chaplains/7117584
El viaje diario de Chris y Sarah Guise puede variar de cruzar la calle hasta manejar por horas para llegar a una escuela primaria ubicada en una propiedad remota de ganadería.
Los esposos son capellanes escolares en Hughenden, unos 400 kilómetros al oeste de Townsville, situado en el noroeste de Queensland (Australia) y ofrecen sus servicios a las escuelas estatales de Hughendon, Prairie y Cameron Downs. Llevan 18 meses en la comunidad rural dando apoyo a los estudiantes, maestros y a la comunidad en general.
A los capellanes se les requiere tener experiencia y capacidades en trabajos con jóvenes, y el Sr. Guise dijo que muchos vienen con experiencia en pedagogía, sicología, o ministerio pastoral.
Originarios de Nueva Zelandia, Chris y Sarah han vivido en Queensland con sus cuatro hijos, ya adultos. Ellos han trabajado en Informática, el ministerio pastoral y también en bufetes de abogados y doctores, pero éste es su primer trabajo como capellanes.
En un día típico ellos puedan ayudar con actividades fuera de clases, dentro de las clases e incluso dar apoyo emocional y social a los estudiantes. La Sra. Guise también ofrece grupos de juego en Prairie y Hughenden. <Una de las cosas más importantes que puede hacer un capellán es sólo estar presente para ofrecer un oído atento y las pruebas de esto demuestran que esto es una de las cosas claves que ayuda en apoyar a las personas que empiezan a estresarse,> dijo el Sr. Guise.
<Aquí en el interior despoblado hay bastante gente que siente mucho, mucho estrés por la falta de lluvias y la caída en la cantidad de ganado y eso poco a poco llega a los niños en las aulas de clases.>
El Sr. Guise enfatizó que su trabajo no tiene nada que ver con ningún plan religioso y que ellos apoyaban a los estudiantes de todas las religiones, razas y orientaciones sexuales. Les hablan con frecuencia a los niños sobre asuntos de comportamiento, estrés, los estudios, el bullying así como otros asuntos más serios como el abuso . <No estamos allí para guardar la disciplina y a veces unos niños no se llevan bien con sus maestros,> dijo la Sra. Guise. <Tener a alguien que puede decir “La señorita dijo que tengo que hacer esto y no quiero” y que el capellán responde con “oye, ¿sabes qué?, ¿y qué afecta si lo haces? ¿Cómo te puedo ayudar a hacerlo? – es una manera de verdad de respaldar su educación y ayudarles a tomar buenas decisiones y hacer buenas elecciones. <A veces no puede reflexionar sobre sus malas elecciones porque son niños, necesitan que alguien los escuche y necesitan ayuda.> Recorren largas distancias y atienden a una variedad de problemas. La Sra. Guise dijo que el mayor reto de su trabajo era la distancia.; Cada lunes ella visita a la escuela estatal de Cameron Downs, una pequeña primaria en una propiedad muy remota de ganadería, 70 kilómetros al sur de Hughenden sobre un camino de terracería. <Eso es algo único de Cameron Downs porque obviamente se necesita un vehículo de cuatro por cuatro,> ella dijo.
<Si llueve, no puedes llegar – también tienes que estar al pendiente empezando alrededor de las dos de la tarde si va a llover.>
<Si hay maestros que viven en otros lugares, hay que subirse al auto y vámonos – y todos los padres de familia van en masa rápido a la escuela a recoger a sus hijos porque si no, ahí van a pasar la noche.> A diferencia de los capellanes en las ciudades, su rol va más allá de la escuela local. El Sr. Guise dijo que cuando recién llegó, hizo el esfuerzo para hacerse conocer a parte de la comunidad escolar. <La gente no ha recibido abierto y cálidamente y nos ha aceptado como parte de la comunidad,> dijo.
<En sí eso ha sido una gran satisfacción porque entonces empiezas a conversar después de las clases también….hay los padres, y después los abuelos y después la gente que los conoce a ellos.> <La voz corre rápido y te das cuenta que la comunidad nos conoce y observan lo que hacemos.> Ahora la gente de la comunidad sabe donde los viven (los Guise) y que son bienvenidos a pasar por su casa si necesitan ayuda.
<Si la tía no va a estar y los niños están en casa y no hay comida en la alacena, ellos saben donde vivimos y tocarán la puerta y dicen, “Sta. Capellán, la tía no regresa hasta el lunes, ¿tienes algo?...así que vamos a la alacena y agarramos unas cositas,> dice la Sra. Guise.
La Sra. Guise dijo que todas sus conversaciones con los estudiantes, la administración y gente de la comunidad eran confidenciales. Pero si un niño o un estudiante les hablan de una situación grave, ellos tienen la obligación de reportárselo al director de la escuela.
<Primero y antes que nada, escuchamos y escuchamos hasta que terminen y es difícil porque somos padres y somos humanos y nos rompe el corazón,> dijo ella.
<Pero lo que tenemos que hacer es que les hablamos en su lenguaje de que “de verdad queremos que estés a salvo en la escuela y también en casa o por dondequiera que vayas y por lo que me dices, puede que necesites ayuda.>
<Lo que realmente extraordinario es que cuando hay una situación grave, ellos confían que en el fondo tenemos presente su interés…así que si hacemos una referencia a un consejero o si hacemos una referencia a Headspace o a Beyond Blue o a un doctor o a una enfermera, ellos saben que ellos nos importan.> <No vamos a mandarles con alguien que va a chismorrear o que les va a causar un problema,> dijo la Sra. Guise.
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